19 de febrero de 2014

¿Eres una prioridad o sólo una opción?



Por Cindy, de www.theveilofchastity.com

Traducido por www.atitelodigolevantate.blogspot.com con permiso de la autora. 


Empezando el nuevo año, pon tu corazón en las manos de Nuestro Señor. Perdónate a ti misma por las decisiones cuestionables que has tomado en el pasado. Y, si estás actualmente en una relación, preguntate a vos misma esto:

¿Soy una prioridad en su vida o simplemente una opción?

Prueba y error
He recibido recientemente un email de una chica haciendome un cumplido que me causó un poco de gracia. Me decía: “Nunca aprendí todas esas perlitas de sabiduría que parecieras conocer intuitivamente en lo que respecta a tratar con hombres y encontrar al indicado.”
¡Oh!, no tienen nada de intuitivo esas “perlitas de sabiduría” que comparto en este blog. A todas y cada una de ellas las he obtenido por “prueba y error”. Mayormente error. Las comparto con ustedes no porque crea que así evitarán el sufrimiento que causan esos errores, sino porque podrán ser capaces de atar cabos y autocorregirse cuando erren.
Si te he ilustrado aquí una imagen de mi vida amorosa que haga parecer que fue todo “intuitivo” (lo cual significa “sabido automáticamente”), entonces te debo unas disculpas. De toda la correspondencia que recibo de ustedes, mis lectoras, no ha habido nada que me sorprenda. En esas cartas, comparto anécdotas privadas que no comparto en público en el blog porque son en cierto modo bochornosas! Espero que mis respuestas irradien tanto compasión como el mensaje de que es completamente normal que tengas deseo de ser amada y, de que tus “errores” no son nada nuevo.
Entonces, volviendo a la pregunta inicial: ¿Soy una prioridad en su vida o simplemente una opción?

5 años – Puf!
Déjame empezar contándote una historia. No he incluido ni siquiera en mi libro este particular aspecto de mi vida que considero representa para mí una gran tontería de mi parte. Aún miro hacia atrás y me pregunto por qué permanecí en una relación tanto tiempo. Lo único que puedo decir al respecto fue que no tenía otra opción. O al menos eso pensaba. Quién sabe cómo mi vida hubiera transcurrido de haberme hecho a mi misma la pregunta de arriba y luego haber actuado con la sabiduría que la respuesta me revelaba.
Siento vergüenza mientras escribo, pero ahí va: Comencé a salir con un chico cuando yo tenía 25. Vamos a llamarlo John. La ruptura final sucedió cuando yo tenía casi 30. Hubo aproximadamente 5 rupturas dentro de esos 5 años. Ahora, tené presente que yo estaba alejada de mi fe y no estaba viviendo una vida sacramental en Cristo. Estaba en la búsqueda de Dios, pero a mi manera. Tenía un par de problemas por mi manía de querer controlar todo, sobre la que estuve trabajando, y la cual empezó en la universidad y se extendió hasta mis veintitantos. Permanecer en una relación con John solo agudizaron esos problemas en mi cabeza y en mi corazón.
El patrón de ruptura era así: Después de romper, él me buscaba y yo aceptaba que nos reconciliáramos, pero luego él me trataba como una opción. Yo me ponía mal, entonces le cortaba. El me contactaba y utilizaba su encanto para convencerme de darle otra oportunidad. Y así se repetía el proceso.

Me amaba, pero no lo suficiente
Con John nos conocimos en la universidad cuando ambos estábamos saliendo con otras personas. Su ruptura y la mía sucedieron alrededor del mismo momento y … adivina!, comenzamos a salir. Él vivía aproximadamente a una hora de distancia y en ese entonces las llamadas telefónicas resultaban costosas. Por lo tanto, que él me llamara me hacía sentir especial, pero no sentía que me llamara con la frecuencia suficiente.
Nos veíamos los fines de semana. Pero NO TODOS los fines de semana. Llamativamente, yo conocía a su familia muy bien pero él había visto a mi familia solo un par de veces. Su familia vivía en la misma ciudad que yo, entonces a él le resultaba cómodo incluirme en ese aspecto de su vida. Sin embargo, hubo veces en que él había visitado a su familia y ni siquiera me había hecho saber que había estado en la ciudad. Ouch! Hora de romper.

Yo no era una prioridad
Mi compromiso con la Castidad fue puesto a prueba severamente, pero fue al mismo tiempo una muy efectiva prueba de fuego. Yo sabía en mi interior que el matrimonio era lo único que podría justificar un acto tan íntimo; sabía que si compartía eso con él y él al final no se casaba conmigo, el costo sería enorme, perjudicándome sobre todo a mí misma.
Durante este tiempo, vi a otros conocerse y casarse. Podía ver una marcada diferencia, podía ver que yo estaba siendo tratada como una opción y no como una prioridad y eso me volvía loca. Entonces, le remarqué esto a John. El se mostró herido y confundido de que lo que él me estaba ofreciendo no fuera suficiente. Pero él sabía que yo tenía razón.
Había todo tipo de excusas: la distancia, el trabajo, su carrera, su inmadurez. Mirando hacia atrás, él era algo inmaduro, pero es interesante cómo, la chica que salió con él después de mí, de alguna manera le curó esa inmadurez. Él la convirtió en su prioridad y se casó con ella.

Mis perlitas de sabiduría
Esta relación no saludable realmente me marcó. Continué saliendo con otros chicos después de John pero me tomó muchos años para que el Señor me sanara. No le echo la culpa a John, me la echo a mí misma.
Pero los errores resultaron en perlas. Después de John, podía detectar fácilmente cuándo me estaban tratando como una opción los chicos con los que salía. Estaba capacitada para atar cabos y autocorregirme.
No fue hasta que conocí a Gregg (mi esposo) que me di cuenta como  se veía y se sentía el ser considerada una prioridad. No había excusas, no había decepciones. Cada oportunidad para pasar el tiempo juntos era capitalizada al máximo. Y, esas oportunidades requerían un avión y pedir licencia en el trabajo. No había nada cómodo en eso.
Gregg nunca se aburría de llamarme. Él amaba conversar conmigo por teléfono porque amaba mi voz. Conocí a su familia y él a la mía. Conocí a sus amigos y él a los míos. Él estaba orgulloso de tenerme como novia y demostró la madurez necesaria como para ir conduciendo las cosas hacia el matrimonio. Sacrificó su vida para unirse a la mía.
__________
Entonces, te aliento a hacerte esta pregunta acerca de tu actual relación de pareja: ¿Eres una prioridad o simplemente una opción? Si eres simplemente una opción, rompe y no mires atrás. No retrases tu oportunidad de ser tratada como una prioridad por el hombre correcto. No ates tu corazón a un hombre que podría usarte o abandonarte. Mantené tu corazón libre para que así el Señor pueda entrar en tu vida y entonces puedas hacer Su voluntad. Mantené santas tus emociones para no profundizar las heridas del enojo, la desconfianza, la autoinculpación y la decepción. ¡Deja que el Señor convierta tus errores en perlas preciosas!

Dios te ama y te bendice,
Cindy

Seguinos en Facebook y en Twitter

Artículo original aquí

14 de febrero de 2014

Querida Dulce Amiga Frustrada (Dear Sweet Frustrated Friend)

Por Cindy, de www.theveilofchastity.com

Traducido por www.atitelodigolevantate.blogspot.com con permiso de la autora.

Aclaración: el siguiente artículo es una respuesta a una carta que Cindy recibió de una lectora de su blog www.theveilofchastity.com 


Querida dulce amiga frustrada:

Luego de la publicación de tu carta “Querido futuro esposo” la semana pasada, es obvio, por los comentarios y apoyo de otras chicas solteras, que no estás sola en tu frustración. Con todo ese apoyo y la amistad virtual, puede que estés sintiéndote un poco menos frustrada, pero es entendible que aún te sientas sola.

No estoy segura de que haya algo que pueda decirte para aliviar tu sufrimiento. Sí, yo creo que estás sufriendo porque estar sin algo para lo cual fuimos creados es un sufrimiento.

¿Puede realmente el matrimonio ser una necesidad?

Yo solía sentirme culpable por mi dolor y mí herida acerca de no estar casada. No estaba segura de tener una visión correcta de esta cuestión, dado todo el sufrimiento que hay en el mundo. 

¿Era mi soltería un sufrimiento? ¿Era el matrimonio algo que necesitaba o simplemente algo que deseaba? Si era simplemente un deseo, ¿tenía derecho a sentir dolor por no tenerlo? Si el Señor es mi Pastor, después de todo, yo no tendría que andar deseando algo más, como el matrimonio, ¿no es así?

Luego, alguien me preguntó: “¿por qué me sentía culpable de querer estar casada?” Me dijeron: “Por supuesto que tus sentimientos de dolor están justificados. No tenés que sentir culpa por desear algo para lo cual fuiste creada como mujer”.

¿Hecha para el matrimonio?

Mucha gente puede leer este blog y pensar que estoy dándole un valor muy alto al matrimonio al punto de llevarlo a un nivel sobrenatural. Pero, cuando leo el Catecismo, veo que el amor de esposos es algo para lo cual fuimos creados: 

 “…La vocación al matrimonio está escrita en la naturaleza de cada hombre y mujer, ya que viene de la mano de su Creador…”

 “…Las Sagradas Escrituras afirman que hombre y mujer fueron creados el uno para el otro: “No es bueno que el hombre esté solo…”

Nuestros cuerpos lloran a gritos por el amor esponsal. En un artículo escribí: 

 “…No soy teóloga pero desde una perspectiva católica sabemos que nuestros cuerpos fueron hechos para glorificar a Dios. El propósito del matrimonio y de nuestra fecundidad es el de glorificar a Dios. No estar apto para completar este propósito es, a mi modo de ver, un tipo especial de sufrimiento.

La forma y el intrincado diseño de nuestros cuerpos revelan esta fuerte conexión entre nuestra fertilidad y nuestra femineidad. Nuestros cuerpos están orientados hacia el amor marital… a la unión y a la procreación. Podría estar equivocada pero creo que Dios llora cada vocación matrimonial demorada o no concretada de una manera única. Me siento segura de que el sufrimiento de la persona soltera no es indiferente a Él ni sus causas escapan de Su atención…”

A pesar de que fuimos creados para el matrimonio, lo cual está escrito muy dentro de nuestra naturaleza, y de que nuestros cuerpos claman por el amor esponsal, desafortunadamente hay una posibilidad real de que alguien tenga que vivir con esta necesidad insatisfecha. Es por esto que creo que los matrimonios demorados y los no concretados son un sufrimiento.

Desánimo

Como sabrás, el enemigo te susurrará que Dios es mezquino y no está en control de la situación. El enemigo tratará de convencerte de tomar las riendas de tu vocación con tus propias manos y hacer que suceda a cualquier costo. Incluso si el costo es tu alma. Sentirás la tentación de comprometerte y aceptar pobres ofrecimientos de los varones. O incluso, tendrás la tentación de salir a “cazarlos”.

______________

Me suena, querida amiga, a que aún estás caminando con Dios y esperando de Él que actúe a tu favor. Estás haciendo tu parte. El desafío será no caer en la desesperación.

¿Qué recomiendo?

1. Reconocer y aceptar que tienes una necesidad no satisfecha.

2. Ser honesta con Dios acerca de tus sentimientos. Él puede alivianar esa carga.

3. Continuar sumergiéndote en los Sacramentos (fuente de Gracia) y en las Sagradas Escrituras.

4. Encontrar tu misión más allá de tu profesión (a no ser que tu profesión incluya esa misión).

5. Descubrir que Dios es nuestra única Esperanza. 

Tu futuro esposo

Sé que estás frustrada porque él no te ha encontrado aún. Pero, ¿has considerado que él también está sufriendo y tiene necesidad de ser sanado? ¿Que le encantaría abrazarte y compartir sus días con vos? ¿Que desea más que nada encontrarte y tener en brazos esos niños que tú también deseas?

Reza por él, para que no caiga en la desesperanza y para que su cuerpo y alma sean protegidos de la pornografía y de relaciones sexuales fuera del matrimonio. Él necesita tus oraciones tanto como las necesitará cuando estén casados.

Recordando a Santa Mónica, tu futuro esposo puede estar lejos del Señor y, similar a San Agustín, muy necesitado de oración. Tus oraciones para él y el ofrecimiento de tus sufrimientos por él son una combinación poderosa.

Prepárate

 (Fragmento de la carta de la lectora a su futuro novio) “…Pienso que esta carta fue escrita para un fantasma, y es una verdadera pena porque he estado trabajando en mí misma para ti. Estuve tratando de transformar mis vicios en virtudes, tomar mis faltas y convertirlas en bendiciones, y hacer mis áreas de debilidad más fuertes. ¿Para qué? Aparentemente para nada, y eso realmente me molesta…”

Pienso que lo que has escrito arriba es entendible. Es fácil preguntarse si fue todo para nada. Vos y yo hemos chateado esta semana sobre todas las cosas que estás haciendo para acercarte al Señor y cambiar tus vicios en virtudes. Me hace acordar a la parábola de las 10 Vírgenes y las Lámparas de Aceite y cómo se aplica a tu soltería. Debemos estar siempre listas. En un instante, todo puede cambiar. 

Sé que estás teniendo problemas en creer que tu esposo existe. No puedo decirte si es así o no. Si no existe, entonces las 5 recomendaciones arriba dadas son fundamentales para luchar contra esa aflicción. El Señor te dará la gracia necesaria para remediar tu sufrimiento. Si tu esposo sí existe, entonces, es una cuestión de esperar… pacientemente… a que el Señor actúe. Él es nuestra única Esperanza.

Dios te ama y te bendice, mi dulce amiga.
Cindy

Seguinos en Facebook y en Twitter.

Artículo original aquí