18 de mayo de 2014

La historia de amor de Cindy - Segunda parte



Traducido por www.atitelodigolevantate.blogspot.com con permiso de la autora.

  

Nuestra historia de amor, segunda parte


La semana pasada, Anabelle compartió la primera parte denuestra historia de amor en su blog, “Written By The Finger of God” (“Escrito por el dedo de Dios”). Pero mi esposo Gregg, pudo haberse sentido (y es entendible) un poco dejado de lado porque la mayor parte de lo que compartí fue sobre Dios y sobre mí. Mi deseo era glorificar a Dios, que es mi primer Amor. Entonces toda la atención de la primera parte estuvo centrada en Dios y Su sanación.


La segunda parte, sin embargo, se trata de nuestro noviazgo, lo cual para mí, puede ser completamente apreciado a la luz de los detalles de la primera parte. Entonces, si todavía no la has leído, regresa al blog de Anabelle primero y léela así conoces los detalles! La segunda parte es larga, así que consíguete un buen café y algún snack!



Corre en dirección a Jesús



Cuando Gregg, mi esposo, se encuentra solteras católicas, les dice: “corran en dirección a Jesús y luego miren quién está a su lado”. Ambos creemos que ésta es la mejor manera de saber si un 'candidato' es aquél que Dios desea para ti. Yo creo que esto es lo que nos sucedió a nosotros. 

Ambos éramos miembros de un sitio católico online de citas, lo cual indicaba nuestro deseo de conocer y casarnos con alguien que compartiera nuestra fe. Participar de un sitio online de citas específico para católicos fue un método de buscar entre quienes iban en dirección a Jesús.



El comienzo



Gregg me contactó en Agosto de 2001. Más tarde reveló que le encantaba mi foto y mi descripción de perfil. También pensó que era grandioso que yo fuera ingeniera mecánica involucrada en el diseño de un avión militar. Él es un gran aficionado de la aviación, por lo cual esta parte de mi perfil lo estaba intrigando.


En el transcurso de un par de semanas desde ese primer email, ocurrieron los eventos trágicos del 11 de septiembre. Gregg, sabiendo que yo vivía cerca del Pentágono y trabajaba para las fuerzas armadas, no sabía si había resultado herida por los ataques terroristas. Afortunadamente, no lo fui.


Tan pronto como el servicio telefónico retornó esa semana, hablamos por teléfono por primera vez. Podía intuir que este chico era diferente y tenía la sensación de que nuestro noviazgo también iba a ser diferente… Y lo fue! Gregg me conquistó con muchísima valentía y caballerosidad. Yo estaba sinceramente maravillada.



El noviazgo



Gregg voló de Virginia a Kansas cuatro meses después, en Enero de 2002. Él, por supuesto, se alojó en un hotel. Tuve el sentimiento después de nuestros 4 días juntos, de que esta relación iba a ser un éxito.


Los 4 meses entre nuestra primera conversación y nuestro primer encuentro en persona nos dieron la oportunidad de conocernos el uno al otro simplemente a través del diálogo. Hablábamos y hablábamos sobre todo (y aún lo hacemos). Lo encontré a él interesante, inteligente, dulce, amable y muy impactante!


Lo que más me impresionó fue la forma en que el me buscó y me enamoró. Conservo souvenirs de nuestros encuentros que van desde cartas de amor y mails hasta ositos de peluche y bijouterie. El collar que él me envió para Navidad (aún antes de habernos conocido en persona) era hermoso: tenía un diseño delicado como de rosario, con preciosas perlas pequeñas grisáceas-azuladas y un colgante de la Virgen María, muy elegante. Me lo puse en nuestro casamiento junto con un par de aritos haciendo juego que él había hecho especialmente para mí.


Esos regalos fueron lindos y halagadores, pero lo que realmente me impresionó fue su fuerte interés en mí y su disposición de salir de sí mismo con el propósito de llegar a conocerme. Recuerda que nuestra relación fue completamente a larga distancia. Sin embargo, él aceptó el desafío. Estaba deseando probar que sería un excelente esposo, ¡y lo logró!


Por ejemplo, su casa estaba ubicada en un área con débil señal de celular. Después de conocerme, él se subía en su auto y conducía ocho kilómetros hasta una localidad con buena señal. Sólo lo hacía para poder conversar conmigo después de trabajar. Esto para mí fue un fuerte indicio de que él no era alguien vago o egoísta.



La conquista



Su galantería y conquista fueron diferentes de todo lo que había experimentado en mi vida. Tuve otros novios y muchísimas citas, pero todos esos chicos (a los que llamo cariñosamente mis “estúpidos ex novios”, jaja) fueron débiles e inconstantes en su conquista. Tengo más historias sobre ellos para entretenerte en mi libro, pero basta con decir que sus esfuerzos fueron débiles (¡Benditos sus pobres pequeños corazones cegados por el Velo!).


Gregg, en cambio, intentaba acercarme hacia su corazón y hacia su vida. Inmediatamente después de nuestro primer encuentro, él me invitó a su ciudad natal para conocer su familia y amigos. Para cuando llegué, en la fiesta de San Valentín del año 2002, su familia y amigos sabían todo sobre mí e hicieron todo lo que estaba a su alcance para recibirme y hacerme saber que Gregg estaba perdidamente enamorado de mí. Al igual que él, su familia y amigos eran (y son) ¡grandiosos!


Aquella vez fue un fin de semana romántico, que incluyó: Misa, por supuesto, una fiesta brindada por sus amigos y un show de su banda de rock, de la que participa part-time. Sí, Gregg no sólo estaba involucrado en su fe, era dulce, amable e interesante, trabajaba y tenía su casa, él era además un talentoso músico. Yo tenía que pellizcarme a mí misma. Estaba cautivada.



La atracción de la Castidad



Gregg sabía, a partir de mi perfil, que yo era diferente. Mi perfil decía que yo enseñaba en un séptimo grado Catecismo y Castidad. Oh, ¿No mencioné nada acerca de nuestra atracción física? Basta con decir que era (y aún es) muuuy fuerte. Ambos sabíamos que esta atracción física necesitaría la ayuda de la virtud de la castidad. Si le preguntas a Gregg, ésta fue una mayor atracción para él. Ninguna otra chica de las que él había conocido tenía este compromiso con nuestro Señor, o con el esperar a casarse. Él sabía que había encontrado algo especial en mí y tenía gran motivación para ganarme. ¡Y así lo hizo!



El compromiso y la boda

Estamos  comprometidos!

Veamos, al momento de mi visita del día de San Valentín habíamos estado hablando por teléfono diariamente y “te quiero” había sido dicho. Él volvió a visitarme al comienzo del mes de abril y conoció a mi familia. Lo adoraron y él inmediatamente los amó.


Comenzamos a hablar sobre casamiento y “anillos” de compromiso (una historia para otro momento). El quería conocer mis gustos de color, quilates, tipo de anillo ¡Dios mío!, este maravilloso hombre estaba planeando proponerme matrimonio! Yo realmente no tenía ningún requerimiento importante para el anillo de compromiso, a la luz de tan maravilloso hecho. Pero él deseaba saber, pensando en hacerme feliz. Otro muy buen signo de un hombre muy bueno y considerado.

Lo visité de nuevo el 2 de mayo y me propuso casamiento. Ah, y sí, el anillo era perfecto y deslumbrante. Comenzamos los preparativos y nos casamos el 19 de octubre de 2002.



Más allá de mis sueños y esperanzas



Tú puedes decir mucho sobre un hombre simplemente con observarlo en la etapa de noviazgo. ¿Por qué esto es importante? Yo pienso que es importante porque hay muchas mujeres que están decepcionadas con sus esposos. Me pregunto, qué podrían haber visto en la etapa de noviazgo que podría haber sido una advertencia para ellas sobre lo qué esperar en el matrimonio?


Un hombre atento en el noviazgo, será un hombre atento en el matrimonio. Un hombre sacrificado y generoso en el noviazgo, será un hombre sacrificado y generoso en el matrimonio. Un hombre profundamente dedicado al Señor y a su fe en el noviazgo será lo mismo en el matrimonio. Y así sucesivamente. El carácter de un hombre muy rara vez cambia, por eso es sabio prestar atención a su carácter durante la etapa de noviazgo.


Te daré 2 ejemplos del carácter de Gregg, ambos sucedieron en las últimas 48 horas. Ayer (mientras escribía esto) fue Primer Viernes de mes (dedicado al Sagrado Corazón de Jesús) y nuestra parroquia realiza Adoración Eucarística. Era nuestro día libre de trabajo, entonces planeé de ir y adorar a nuestro Señor por una hora. Le pregunté a Gregg si quería venir conmigo, pero él me dijo: “Me encantaría pero tengo tareas asignadas durante el franco y necesito terminarlas”. Entonces, me dirigí felizmente hacia la parroquia por mi cuenta. Mientras estaba adorando a mi Señor, Gregg entró y se unió a mí. Me sentí como la chica más afortunada del mundo.


El segundo ejemplo sucedió justo unos momentos antes. Hoy es sábado (mientras escribo esto) y Gregg tuvo que llevar un encargo a unas 2 horas de nuestro hogar. Él estaba algo cerca de la casa de mi mamá, entonces la llamó y llevó a ella y a mi hermana a almorzar. Hay muchas maneras que él podría haber pasado su sábado, pero eligió pasarlo con mi mamá y mi hermana (que también son maravillosas).


Gregg mostró los mismos rasgos de carácter durante la etapa de noviazgo. Tú me entiendes lo que te quiero decir: Mantén tus ojos abiertos antes de casarte.



La sanación



El Espíritu Santo constantemente realiza este trabajo en lo más íntimo de nuestro ser, con mucha sutileza y la delicadeza de un arte completamente divino.” San Bernardo de Clairval


En la primera parte hablé acerca de la sanación que comprendió la etapa antes de conocer a Gregg. Hoy día, junto con los Sacramentos, Dios continúa sanándome a través de lo que creo, es un método muy efectivo: nuestra familia. Creo que el amor de mi esposo me sana. Ser madre me sana de la forma que sólo un hijo puede hacerlo.

Nuestra historia de amor no estaría completa sin relacionarla con La Castidad: La Castidad no sólo evita que nos dañemos espiritual, emocional y físicamente, sino que es también crítica en nuestra sanación después de casarnos. El abrazo conyugal, cuando estamos abiertos a la vida, es sanador. ¿No es loco y hermoso? ¡Dios es un genio!


Y por supuesto, yo creo que la castidad lleva al buen fruto de la superabundancia. Este buen fruto incluye hijos y muchos otros deseos humanos comunes como fidelidad, admiración, libertad, seguridad, paz, compasión y protección. El Catecismo nos enseña además que en el caso del matrimonio, la práctica de la castidad (permaneciendo abiertos a la vida) naturalmente conduce a la paciencia, templanza, prudencia, honestidad y confianza. Estos buenos frutos no pueden sino ayudarnos y sanarnos.


No estoy diciendo que la castidad te garantice convertirte en esposa y madre. Pero, creo firmemente que el Señor desea sanarte. Trabaja con Él y deja que el Espíritu Santo, con la maravillosa sutileza y delicadeza de Su enteramente arte divino, te sane. Él puede sorprenderte más allá de tus sueños y esperanzas. Rezo para que Él lo haga.


¡Dios te bendiga!

Cindy
Puedes seguirnos en Facebook y en Twitter

Artículo original aquí

11 de mayo de 2014

La historia de amor de Cindy – Primera Parte


El siguiente artículo fue publicado para el Blog "Written By The Finger of God" de Anabelle Hazard.


Título original: Historia de amor católico N°7: Cindy, autora del blog “The Veil of Chastity”

Nota del blog de Anabelle:

Alguien por allí rezó para que esta nota de una autora “invitada” fuese publicada hoy. Quien fuera que seas, gracias. Cindy, una autora católica cuyo blog es www.theveilofchastity.com comparte una hermosa historia que resonará en cualquiera que alguna vez haya esperado que las promesas de Dios se hicieran realidad. Su blog es algo que podría haber usado cuando era soltera (para ese entonces solo había libros cristianos enfocados en noviazgo y castidad) y es uno de los cuales seguiré leyendo, siendo ya parte de mi lista de actualizaciones de blogs.
__________________________

El relato de Cindy:

Nuestra historia de amor


Pienso que nuestra historia de amor es hermosa y mi esposo, una vez que lo conozcas, te contará la historia de cómo nos conocimos, enamoramos y casamos. Deseo compartir esos detalles en este post pero, para mí, la verdadera belleza de nuestra historia de amor recae en el sufrimiento, la espera y la sanación. Nosotros no nos encontramos hasta que ambos tuvimos 37 años, y nos casamos aproximadamente un año después, a los 38. Estamos justo celebrando nuestro décimo aniversario de casados.


Pero en caso de que se te haya escapado, déjame repetirlo: trein – ta y – o – cho años de soltería! Treinta y ocho años de espera, oración, sentirse olvidada, frustrada y ocasionalmente desesperanzada. Fue tan difícil que, en la actualidad mi mini – misión en la vida es animar a las chicas solteras con sabiduría y esperanza mientras esperan por su esposo. Yo, por la gracia de Dios, deseo llevar a cabo mi mini-misión con mi blog, The Veil of Chastity. Si estás necesitando  esperanza y sabiduría, y si tu soltería se ha extendido más allá del tiempo esperado, entonces por favor visítame en mi blog.


¿Por qué mi esposo y yo tuvimos que sobrellevar esta prolongada vida de solteros? No conozco los detalles específicos del plan de Dios o de su Voluntad, pero puedo ver el tema en general. La vida de solteros y su frustración nos trajo a ambos de rodillas ante Dios. Nos permitió experimentar la desolación necesaria para depender de Dios y convencernos de nuestra necesidad de retornar y de vivir una vida sacramental. Esta desolación, la dependencia de Dios y la vida sacramental fueron los vehículos que Dios usó para sanarnos y prepararnos el uno para el otro.


Un caso de manual


Por un lado, nuestra historia es especial pero por otro lado, somos un caso de manual (un caso típico): frustración, desolación, dependencia y sanación. Nuestro trayecto es un reflejo de los Israelitas 40 años deambulando en el desierto y finalmente llevados a la tierra prometida. Para mí, la parte del Antiguo Testamento sobre la caminata en el desierto y la sanación de los Israelitas mientras están allí es más fascinante que la parte sobre la entrada a la tierra prometida.


Las sanaciones


Voy a resumir “mi viaje” diciendo que, como muchos, fui pobremente catequizada. No sabía cuán crítica era la vida sacramental para mi salud espiritual, emocional y física. Entonces, terminé deambulando. Pero Dios me rescató y me trajo de vuelta a Su iglesia, a la fe Católica y a la vida sacramental. Pero esto tomó su tiempo.


Tenía necesidad además de ser sanada en relación a cuestiones específicas con el hecho de ser una chica. Es decir, el tipo de sanación asociada a un pobre entendimiento de nuestros cuerpos. Me castigaba con mensajes negativos, lo que me llevaba a una negativa relación con la comida y una pobre imagen corporal. Tenía un miedo exagerado a la vida de casada y de todo lo que eso implicaba. 

Traté de manejar eso y sanarme a mí misma, pero Dios ganó la batalla y me sanó lo suficiente como para poder amar y ser amada por mi esposo. Dios me sanó de mis miedos exagerados y luego me bendijo con un compasivo y amoroso esposo que me comprende. Pero esto tomó su tiempo.


Por último, yo estaba herida por no tener lo que deseaba. Y lo que deseaba era casarme. Salía mucho con chicos y tuve muchas “parejas” durante mi prolongada soltería. Pero, por supuesto, cada relación terminaba en algún nivel de rechazo. La mayoría de las veces, yo era la que rompía la relación porque no me sentía amada y apreciada. Cada vez que una relación fracasaba, mi frustración crecía. Mirando ahora hacia atrás, esto fue algo bueno porque cimentó mi dependencia hacia Dios. Él era mi única esperanza. Pero este proceso llevó su tiempo.


Castidad


Otro desafío que experimenté fue mi compromiso con la castidad. Estaba comprometida con ella pero cada una de las áreas en necesidad de ser sanadas que describí anteriormente causaba estragos en la firmeza de mi compromiso. El tiempo lejos de los Sacramentos me debilitó. Yo no sabía que el único propósito de mi cuerpo es el de glorificar a Dios. La relación negativa conmigo misma me impidió ver la conexión que hay entre la castidad y mi salud espiritual, emocional y física. Esta ceguera me llevó a las tentaciones de ganar amor por medios físicos. El rechazo hizo que me preguntara si yo a Dios le importaba.


Pero, afortunadamente perseveré en mi compromiso con la castidad. Experimenté debilidad, tentación y rechazo, pero fui protegida, por la misericordia de Dios, de poner en peligro mortal mi alma.


Cómo nos conocimos


Debido a que Dios se preocupa por nosotros íntimamente y nos sana, estoy convencida de que también Dios "arregló" nuestro matrimonio. Mi esposo y yo nos conocimos por medio de un sitio de citas online para católicos solteros. Ninguno de nosotros se había casado anteriormente.


Cuando él me contactó por primera vez, en agosto de 2001, mi esposo vivía en Kansas y yo vivía en Virginia. Nos comprometimos en mayo de 2002 y nos casamos el 19 de octubre de ese año. Tuvimos la más hermosa y santa boda y, actualmente, tenemos un hermoso, casto, fructífero y santo matrimonio.

El velo


En mi blog y en mi libro, próximo a publicarse, comparto la teoría llamada “El Velo”. Piensa en “El Velo” como una simple metáfora: es la idea de que Dios sobre cada uno de nosotros coloca un velo protector que tiene el propósito de ocultarnos de cada posible pretendiente, excepto de aquél con el que Dios desea que nos casemos. Yo llamo a la persona que Dios desea para casarnos nuestro “santo esposo”.


Este velo protector hace que no nos vean con claridad (parecido a mirar a través de un plástico opaco) aquellos pretendientes que no son nuestro santo esposo.


Estos pretendientes pueden sentirse atraídos por nosotras pero dudan en conquistarnos de forma completa porque no nos pueden ver de manera íntegra: estamos ocultas tras el velo. Esto puede sentirse como un rechazo, pero es en realidad la protección de Dios.


El sufrimiento lleva a la Esperanza


Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.” Romanos 5, 2 - 4


A medida que las cosas progresaban con mi esposo en dirección al matrimonio, mi madre me preguntó cómo podría ser que él tuviera 38 años de edad y nunca se hubiera casado? ¿Por qué ninguna otra chica lo había "atrapado"? Buena pregunta. Él tuvo muchas citas y “parejas” antes de conocerme a mí, pero todas aquellas otras chicas no eran capaces de ver cuán bueno él era. Estoy agradecida por ello. Fue el velo! Lo cubrió y protegió a él también.


Pero él tuvo que atravesar unos 7 años por su cuenta de salidas estériles antes de conocerme a mí, sumado a años de salidas y relaciones con mujeres antes de eso que lo dejó sintiéndose vacío y corrompido. Esto fue un sufrimiento para él pero resultó en la amorosa y vital purificación de Dios. 

Y, como Romanos 5 nos dice, el sufrimiento lleva a la constancia, la cual lleva a la virtud y finalmente a la esperanza.


Para mí, la necesidad de sanación y el velo protector causaron mi soltería extendida. Y hoy doy se lo agradezco a Dios!


Cindy


Más en profundidad sobre la historia de amor de Cindy próximamente en este blog o aquí. No te la pierdas. La segunda parte es tan maravillosa como la primera.

Anabelle - Artículo original aquí


Puedes seguirnos en Facebook y en Twitter